La gota que colmó el vaso

Soy una persona sorda

Son las 6:14 de la madrugada, no puedo dormir, lo llevo intentando toda la noche, pero es que no puedo. Os pongo en situación: tengo hipoacusia bilateral profunda, es una pérdida de audición bastante grave, no es de nacimiento pero sí desde preescolar. Consiste en que oigo menos que una tapia, pero es que también me entero entre poco y nada.

Como cada mañana que me levanto, lo primero que hago es extender la mano sobre la mesilla de noche y buscar mi audífono, ese cacharrito tan pequeño que se pone en la oreja para oír. Y mágicamente he dejado de ser sordo. Pues lamentablemente no.

Tengo que poner fin a ese grandísimo error que tiene la sociedad sobre las personas con hipoacusia bilateral profunda. Comienzo:

¿Y por qué no?

Pues a ver cómo lo explico. Es un tema que ha salido muchísimas veces cuando converso con las personas de mi entorno, pero noto en sus miradas que no lo llegan a entender del todo, así que aprovecho la oportunidad para explicarme lo mejor y más claro posible:

– […] el coche es rojo porque me gusta mucho ese color, además se lo conseguí al comercial a un buen precio […]

Es una frase sencilla, se puede intuir que están hablando dos personas sobre un coche, que es rojo y que lo ha conseguido a buen precio. Pues imagínate que te dicen esa frase al lado de una obra, que el obrero esté con un taladro neumático perforando el hormigón del suelo, pasa un avión por encima, un coche de policía por un lado de la calle y una ambulancia por el otro lado.

Y ahora te pregunto tres cosas:

  1. ¿Sabes que la persona te ha hablado? Posiblemente sí.
  2. ¿Le has oído? Uf, con dificultad puede ser, pero con toda la mezcla de ruidos, la voz de la otra persona también habrá llegado a tus oídos.
  3. ¿Te has enterado de algo? Posiblemente no.

Pues el punto tres me pasa a mí todo el tiempo. No me entero de nada. Oigo, pero, repito: no me entero.

No tengo la capacidad de discriminar un fonema de otro, no soy capaz de distinguir las palabras que contiene la frase, no sé que palabras son, ni cuántas son, nada.

Aprovecho para citar lo que dijo un forero, a raíz de otra pregunta, en Forocoches, una información bastante interesante:

El usuario Molay pregunta:

Yo no entiendo cuando dices que escuchas con los audifonos pero tienes que leer los labios para saber lo que te dicen. Porque?

Si estoy detras tuyo y te digo Hola, escuchas la palabra pero no interpretas lo que te digo? 

A lo que el usuario migatarosita responde:

Un pequeño apunte porque la pregunta es muy interesante. Un audífono no es más que un amplificador. Pero un amplificador muy, muy, muy sofisticado que amplifica ciertas frecuencias, otras no y otras las anula. Además se pueden añadir ciertas fracuencias que permiten enmascarar acúfenos asociados. Pero….. Es un amplificador. Lo que es entender, es una capacidad muy compleja que tenemos los humanos y reside en nuestro córtex cerebral. No digo que el OP tenga una lesión cortical. Lo que ocurre es que el sonido muy amplificado y distorsionado para nuestro cerebro, nuestro córtex no logra integrar y hacer de esos sonidos algo que pueda discriminarse. Es decir; entenderse. Si yo te hablo desde mucha distancia y rápido, me oyes pero no me entiendes. En una mesa, hablando varios y ruido de música y fondo, lo que te dice el de enfrente no lo entiendes….pero le oyes. Por eso mismo a nuestros pacientes siempre se les hacen dos pruebas fundamentales: una audiometría tonal; tonos puros a distintas frecuencuas e intensidades (oir) y una logoaudiometría, que es con distintas palabras balanceadas fonéticamente a distintas intensidades (discriminación o entender).

¿Y cómo te enteras?

Leyendo los labios. Solamente esto. No es complicado, en absoluto, es como quien aprende a leer y a escribir, quien aprende a sumar y a restar. Pues a leer los labios también se aprende, años de práctica y esfuerzo. Sin embargo hay personas que ponéis las cosas difíciles. Y hay otras personas, que lamentablemente no da más de sí y no hay manera de que se les entienda.

Entonces, te hablo mirándote y ya está, ¿no?

Nooooooooooooooooooooo. Es un tema complejo, pero voy a hacer el esfuerzo de escribirlo y te pido por favor que hagas el esfuerzo de leerlo.

Se tienen que dar muchos factores para que yo te pueda entender de forma plena y sin necesidad de que me repitas las cosas. Es fácil, sólo es poner una pequeña parte de ti.

  1. Me tienes que mirar, a los ojos. Son marrones, no los considero feos además. Tu tan sólo mírame, que yo me encargaré de verte la boca.
  2. No te tapes la boca, no tengas nada en ella. Cuando digo nada, es que es nada, no te pongas la mano, no mastiques, no fumes. Si no, sería como leer un libro pisoteado, ardiendo, manchado de café y cerrado.
  3. Como te voy a leer los labios, es importante que haya suficiente iluminación. Piensa que voy a leer. Se podría equiparar a leer un libro, pero además de que se mueve, sólo dispongo de un intento. Si fallo el intento te contestaré con un: ¿qué?
  4. Sé expresivo. Pero si tienes menos expresividad que una piedra, puedes gesticular, o mejor aun, ¡las dos cosas a la vez!, ayuda, bastante más de lo que piensas. Hacer un gesto es fácil, piensa como harías el gesto de conducir, el gesto de volar y el gesto de comer. Pues esos mismos que has pensado, hazlos. Apunte: no es necesario que lo hagas si vocalizas bien y la situación ambiental es buena, pero repito: ayuda.
  5. Háblame como hablarías a otra persona cualquiera. Ni muy deprisa, ni muy despacio. Tampoco hables como un retrasado, que queda muy mal. Si no te entiendo, puedes intentar repetirlo pero con otras palabras. Probablemente te haga perder la paciencia, pero yo lo paso peor por no entenderte y peor aún si llegamos la frase más temida por mi: tu entiendes lo que quieres. De verdad, si vas a usar esa frase, lo mejor es que te lo ahorres y desistas. Es una gilipollez muy grande, y lo digo seriamente.
  6. Es inútil hablar fuerte o gritar, pues pierdes expresividad facial y dejas de vocalizar. Lee de nuevo el punto 4 y 5.

Siguiendo esos seis SENCILLOS pasos, yo te aseguro de que responderé menos veces la palabra… ¿qué?.

Sin embargo, faltan detalles

Es suficiente el fragmento anterior, sin embargo, los detalles suman siempre. Los enumero:

  1. Llámame tirándome de la mano, tocándome del hombro o del brazo. Llamarme gritándome desde lejos, hazlo lo menos que puedas.
  2. Si estás lejos, puedes llamarme la atención levantando la mano o apagando-encendiendo la luz. No me seas subnormal y me tires una bola de papel. Por el amor de Dios.
  3. El plan B para llamarme de lejos: llama a otra persona y dile que me llame, por inercia esa persona me tocará y señalará. Está mas que comprobado.

Y una cosa importante que me gustaría que sepáis: soy incapaz de seguir una conversación en grupo de 4 o más personas. No soy el rarito del grupo ni el rarito de la familia, si estoy a mi bola con mi móvil o lo que tenga entre manos es porque no me entero de nada, de absolutamente nada y no tengo a nadie en mi familia que sea capaz de dedicarle unos minutos de su tiempo en explicarme y/o contarme de lo que hablan cada uno de ellos, de las tonterías que cuentan o de las anécdotas que tenéis, pues a menudo la respuesta, cuando insisto y quiero enterarme suelen ser: ¡nah, es una tontería! ¡Vaaaaaya por Dios! Ahí es cuando me voy a mi cuarto y me quedo felizmente con mi ordenador.

Cuando una persona me habla, de una frase de 12 palabras, leyéndole los labios, me entero 8, las 4 que faltan lo saco: de las expresiones faciales, de los gestos, del contexto de la conversación y en menor medida, del audífono. Eso quiere decir que se puede dar casos de que me preguntes o me cuentes algo y yo te responda con cualquier cosa que no tenga nada que ver. Me pasa a diario. Cuando se sigue un tema de conversación, es importante ponerme en situación, por ejemplo, si me vas a hablar de perros, ponme en situación: -Mira, tengo un perro muy bonito que…, cuando digas la palabra perro, dale énfasis. Si cambias de tema de repente, me tendrás que poner en situación “de repente”.

Mi día a día

En la medida de lo posible, mantengo alejada a todas aquellas personas que tienen cero interés en vocalizar o en darse el esfuerzo de mirarme y que me entere. A esos aplico el contacto mínimo y elemental. De siempre ha sido así. A esos los miro mal. Sin embargo aquellas personas que no son capaces o no dan de sí les hago la excepción de NO mirarle mal, pero sintiéndolo mucho, los mantengo alejados.

Ahora es cuando voy a contaros mi día a día con todas las personas de mi entorno, familia, amigos, conocidos, novias, ex-novias, amantes y affaires. Necesito que lo sepáis.

El tema importante en un bar de copas

Pues dicha persona parecía que tenía algo importante que contar, vaya que sí, que era importante. Era en un momento que yo quería irme a casa, pues estaba muy cansado, pero venga a insistir y venga a insistir y bueno, pues nada, voy al bar donde habíamos quedado. Es un bar de copas, mucha bulla, ambiente oscuro y la música bastante fuerte. Pues nada, dicha persona me empieza a hablar y a contarme ese supuesto tema y yo no me enteraba de nada, como es natural, no sé que pretendía.

Su respuesta: ¡pues léeme los labios!

No. Esa no es la respuesta. Estábamos en un bar de copas, un ambiente bastante oscuro y la música bastante fuerte. No era el sitio idóneo. Prueba a buscar otro mejor.

Esfuérzate más en enterarte

Vaya por Dios. ¿De verdad que hacía falta decirme esto?

Hay funciones que no puedo ejercerlas, hay momentos que he hecho el esfuerzo de hacerlas, pero hay que asumir que no puedo. Por algo las personas sordas no pueden ser: policías, bomberos, pilotos de avión, o incluso, teleoperador. Pues dentro de determinados trabajos hay ciertas funciones en el que una persona sorda no puede hacer, asúmelo.

Lo más común

Son varias personas que lo hacen: hablarme sin que yo les pueda mirar, o que no me miran. Por el pasillo de la casa, por la cocina, en la planta alta y la persona en la planta baja ahí venga a hablar, venga a hablar, y yo: vale, vale.

El que cuenta lo que pone en un papel, y pasa lo siguiente: señala el papel, miro el papel y me habla, le miro a la persona y la contestación es: pero mira al papel. Aplicable a móvil, ficha, objeto, etc…

El que se acerca a mi oreja

Es la inercia, está claro. Pero cuando le has explicado miles de veces que tan sólo me tiene que mirar para hablar y sigue acercándose a la oreja, ahí ya hay un fallo de comunicación. Cuando me pasa eso, suelo sujetar su cara y alejársela. Si sigue insistiendo, ya me encargo de cerrar la conversación y a otra cosa.

Tu entiende lo que te interesa

Para mí es la respuesta número uno más deplorable y ruin que puedo llevarme. Puedes: cambiar la frase, escribirla, gesticularla, pedir a otra persona que lo diga… pero no, lo mejor es la frasecita.

De verdad, y lo repito, si tienes ganas de contestarme a eso, puedes ahorrártelo y decirme: nada, no tenía importancia. Me la traerá floja.

Y lamentablemente me pasa a menudo. Tengo más que pedido que por favor no me digan eso, pero nada, ahí en sus 13.

Aprended de esas tres personas

Tan sólo tres personas en mi vida, sólo tres han conseguido romper mis barreras, y con bastante soltura. El único requisito para entrar en el paseo de la fama es hacerlo sin haberlo pedido. Que a la propia persona le salga de dentro o haga el esfuerzo y mantenga el nivel.

Esas tres personas compartían los mismos comportamientos y actitudes.

  1. Me hablaban con claridad, soltura y evitaban hacerlo en sitios oscuros.
  2. Me pedían atención tocándome el hombro o tirándome de la mano.
  3. Me hacía sentir integrado en las conversaciones en grupo, e incluso dando paso para poder participar en ella. Me contaba cada historia y anécdota que decían. Les salían de dentro: era simplemente llamarme y hacer:  dice que el otro día fue a comprar al Mercadona y se encontró con un famoso.

Bonus:

La última persona ha sido justo este año, rompió el listón y lo dejó aun más alto, pues de las pocas palabras en lenguaje de signos que le enseñé, las empezó a usar con una tremenda ilusión que jamás había visto. Me contó y explicó algunos de los vídeos virales de internet, pues muchos de ellos es para escucharlos y sobre todo, en un par de películas que hemos visto, me contaba todos los sonidos que habían, era como: suena un teléfono, está ladrando un perro, alguien llora… Un sobresaliente por ello.

Cierre

Dedicado a mi familia, mis amigos, mis conocidos y a todas aquellas personas con la que he tenido contacto social.

También dedicado a los que formaron parte de mi vida, pero ya no forman parte de ella. No los olvidaré jamás.

Para mi hoy es una triste porque pese a mi discapacidad, vivo como una persona cualquiera, me olvido de que la tengo y vivo feliz, pero tengo momentos que me hacen recordar lo discapacidado que soy y en cierto modo lo inútil que puedo llegar a ser para ciertas situaciones. Esa última línea depende de vosotros, espero que toméis conciencia de ello y entre todos vosotros podáis hacerlo mejor. Por mi y por toda la comunidad sorda.

Quería que fuera más extenso contando más cosas, pero son las 8:22 de la mañana, estoy muy cansado y trabajo en menos de 4 horas, puede que escriba una segunda parte de ello. O no. Quién sabe.

Introduzca tus palabras claves y pulsa Intro

Usamos cookies para brindarle la mejor experiencia en línea. Al aceptar que acepta el uso de cookies de acuerdo con nuestra política de cookies.